Café Momus

Un punto de encuentro para crítica honesta y la reseña del ambiente operístico en Guatemala

15 octubre 2006

Don Pasquale, ¿Ópera? Buffa

Gracias a la gentil invitación de Leporello, asistí a la segunda función de ésta ópera buffa en tres actos, y como en todo me precio de ser extremadamente meticuloso, he decidido juzgar al todo por sus partes, por lo que expondré acá mis impresiones de cada intérprete, para finalizar con una evaluación general del evento.
Don Pasquale: Interpretado por Román Aquino, y en este caso el mejor cantante de la noche. Interpretó a su personaje con una dignidad y precisión bastante buenas, tanto vocal como escénicamente, siendo su única falta recalcable algunos deslices de pronunciación, pero en todo caso un cantante muy bueno, al que espero ver en producciones de mayor envergadura.
Norina: Este papel estuvo a cargo de Diana Ramírez, una joven soprano, que según pensé era lírico-ligera, pero nos dejó en ascuas, pues no nos regaló ni un solo de los agudos esperados por su registro, aunque en su defenza he de decir que en algunos momentos su interpretación vocal fue buena... pero hasta ahí. Lo que evidencia lo que se expuso antes en este blog, y es que le falta mucha preparación para afrontar papeles de este peso con propiedad. Ahora bien, escénicamente la historia es otra, pues durante casi toda la ópera sobre actuó llegando al límite del ridículo, en especial cuando lo hacía al lado del Dottore Malatesta, lo que me lleva a al siguiente personaje
Dottore Malatesta: Una de las peores intervenciones de la noche, con entradas imprecisas, italiano mal pronunciado, y sobre todo con la voz excesivamente engolada, que evidentemente no resultó agradable, por lo menos para mi. Que aunado con su gesticulación exagerada, y su sobreactuación, hacía del espectáculo, en vez de una ópera buffa, una comedia barata. Basado en mi experiencia en esa noche, mis temores son excesivos acerca de su intervención en la Boheme cono Schaunard, y le pido de manera encarecida una preparación más seria y concienzuda para no echar a perder el trabajo de otros, como lo hizo con el Señor Román Aquino y la Señorita Diana Ramírez, que si bien no fueron perfectos, merecían un mejor coprotagonista.
Ernesto: Como pueden ver, se están listando los cantantes en orden de mejor a peor; y en este caso, las crítcas hacia el Señor Paul Ruiz son muchas. Vocalmente, estuvo terrible, apretado, con "gallos" en momentos variados, que no se condice con su supuesto registo de tenor lírico-ligero. Además de lo anterior cabe recalcar su nula actuación, pues mientras el Señor Arévalo se deshacía sobre las tablas, Paul parecía estar en otro mundo, y encima de todo ignorando al resto de su cointérpetes. Sería conveniente que se creara un balance en este sentido entre el Sr. Arévalo y Paul, el cual debe estudiar muchísimo, pero de verdar muchísimo antes de atreverse a cantar otra vez ante un público.
Pasamos a un personaje secundario, que pasó sobre las tablas sin pena ni gloria. Me refiero a Moisés Mariscal, y su particular interpretación de Il Notaro, pues sus entradas fueron muy inseguras, y su proyección dejó muchísimo que desear, además de su italiano, en el que cometió errores notorios, que para futura referencia es moglie, no moglio. Su actuación estuvo justa, ni buena ni mala, por lo que no le haría mal hacer un esfuerzo extra para complacer al público,que bien se lo merece, pero que en todo caso, le haría muy bien.
El Coro: Fatal!!!!!, lo verdaderamente más deplorable de la noche. Estaba únicamente sobre los hombros de Helena Solers y Moisés Mariscal (que funcionó mejor como corista que como solista), pues el resto parecía estar en su primer acercamiento a las tablas. Del conjunto la que resaltaba era la contralto Huguette Torres, pero no por razones positivas, sino por su evidente desafinación, y deseo de "robar cámara" con su actuación fuera de lugar, que junto con sus vibrato estilo pop, nos hacía desear verla fuera del escenario. Coralia Quiñonez y Marco Quiñónez eran el punto intermedio, muy justitos. En verdad señores, estudien mucho, pues esa noche padecimos sus intervenciones tan desafinadas, e inseguras, que reflejan su falta de preparación.
El Pianista: Hugo Arenas... OVACIÓN DE PIE!!!, lo mejor de la noche, y con toda certeza, el encargado de mantener a flote el proyecto. Mis respetos maestro por su gran profesionalismo y preparación.
En conclusión, la ópera estuvo regular, haciéndose evidente la falta de experiencia del elenco, así como su negligencia profesional.

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